El 15 de julio de este año está siendo muy, pero que muy especial. Ya lo han sido los primeros días de julio de este año, en comparación con los de años anteriores. Se nota en Valdela una gran afluencia de público y hoy, precisamente, con el calor sofocante que hace, la playa está llena desde primera hora y los aparcamientos a tope. Desde la terraza del piso vemos llegar coche tras coche que lucha denonadamente para conseguir infructuosamente un sitio donde dejarlo, eso sí, lo más cerca posible del agua, pero eso es misión imposible, así que los vehículos se acercan lo más que pueden y descargan todo tipo de objetos (sillas, tumbonas, mesas, sombrillas, bolsos y bolsas, neveras, sandías, toallas, esterillas, flotadores, suegros y suegras, niños y niñas chillones...y, una vez realizada la "operación desembarco", el sufrido marido conductor empieza el calvario para poder encontrar un sitio que, a veces, casi está tan lejos como la procedencia del bañista. Hace un par de años esta zona estuvo considerada "naranja" y había que sacar unos tiques en unas máquinas situadas en las bolsas de aparcamiento. Se quitó la medida y se decretó "barra libre" y ahora, campan a sus anchas "gorrillas" de todo tipo, de los que dicen que son de una asociación de parados, de otra de mayores de 40 años, de los que van de chaleco verde, de los que portan el naranja, de los que no llevan distintivo...fauna diversa cuya picaresca usan a conveniencia. No es obligatorio dar dinero a los aparcacoches, pero y si..., por lo tanto, la gente suelta el euro y se queda más tranquilo, aunque sin ninguna garantía, claro. Por su parte, los "munipas" hacen su recorrido cámara en mano para ver quien aparca en los sitios reservados a discapacitados y se ponen la botas, pues la gente está tan desesperada que se arriesga a la multa ante la desesperación que va en aumento conforme pasa el tiempo. Después están los que vienen en autobuses de pueblos y ciudades del interior de la provincia o provincias limítrofes e, incluso, de otras comunidades autónomas cercanas. Estos tienen más suerte. El bus descarga cerca de la palya y a las 7 de la tare, más o menos, vuelve a recogerlos y "pa" Villanueva de la Serena (Badajoz), por poner un ejemplo de procedencia y/o destino. Y no podemos olvidarnos de los que usan el tren. A estos los llamo los "caminantes". Son, por lo general, chavales jóvenes procedentes de Jerez que tienen que hacer un recorrido a pie de casi dos km. para llegar a la playa y me da pena por cómo vienen con sus pesadas neveras y sus " ergonómicas" chancletas, aunque bulliciosos y joviales, como corresponde a la juventud.. Los hosteleros, por su parte, encantados. Seguro que hoy doblan o triplican mesas haciendo correr sin descanso a los sufridos "camareros" ocasionales que han contratado por unos pocos euros a la hora. Pero es verano y hay que hacer caja frente al negro resto del año que se avecina.
El turismo de Valdelagrana es muy variopinto, pues, además del mencionado, podemos encontrarnos ciertos sectores de "gomina", pulsera de bandera española y zapatillas de esparto "spagnolo", generalmente de Sevilla y del Sevilla y algún que otro jerezano imitando a los anteriores. ¡Ah! Estos no suelen juntarse mucho con el resto de chancleteros -o "chancleros", que es más peyorativo para los cursis catetos- y, por supuesto, todo el mundo bebe cerveza "cruzcampo", la genuina rubia del sur occidental andaluz.
1 comentario:
Uff!!! Sí me pierdo no me busquéis en esta playa en el verano, qué agobio!!!
CMarin
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