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domingo, 26 de septiembre de 2010

paticas y callos de ternasco


Ayer hablé con mi primo Marín. Eran las 10 de la noche. Estaba, junto a varios y varias -que si no, se ofenden- componentes de la Peña "La Gúitrera". Acababan de zamparse en la cueva unos callicos de ternasco -con sus correspondientes paticas- que, sólo de pensarlo, se me pusieron los dientes largos, ya que, son uno de mis platos favoritos.

Aquí os pongo la sencillísima receta de cómo hacerlos, o como los hago yo:

Una vez lavados los callos con un poco de vinagre, se cuecen con una hoja de laurel, sal y varios granos de pimienta, hasta que estén tiernos.

En una tartera de barro, a ser posible, se hace un sofrito de cebolla, pimiento verde, ajo, tomate triturado, chorizo, jamón y una o dos guindillas – a mí me gustan algo bravos-.

Se sacan los callos y se mezclan con el sofrito, añadiendo un poco de líquido de la cocción. Se les da un hervor (en Bardallur, hirvor) de unos 5 minutos para que cojan el sabor del sofrito y ya están listos para comer, aunque de un día para otro están mejor.

Mientras escribo esto estoy cocinando unos jarreticos con longaniza, alcachofas, espárragos y huevos abiertos. Hoy nos vamos a dar un homenaje -otro día os comentaré como estaban y pondré la receta-.

En esta web podréis encontrar las bondades del ternasco de Aragón junto a algunas recetas interesantes:



3 comentarios:

P. M. dijo...

Calla, calla, que me se hace la boca agua!

P. M. dijo...

Calla, calla, que me se hace la boca agua!

Sergio Martínez dijo...

Estás hecho un fenómeno, a ello me pongo ahora mismo y así los dejo para mañana reposando, gracias!!!