"A buenas horas, mangas verdes"
Cuando ya es demasiado tarde para encontrar solución a
algún problema solemos utilizar la expresión ”a buenas horas, mangas
verdes”. Para encontrar su origen hay que remontarse hasta los
tiempos de los Reyes Católicos. Concretamente hasta el 27 de abril de
1476 cuando Isabel de Castilla y Fernando de Aragón crearon un cuerpo de
seguridad encargado de prestar auxilio en cualquier emergencia, la
Santa Hermandad. Tres años antes, Enrique IV de Castilla
ordenó la creación de una primera Santa Hermandad Nueva General de los
reinos de Castilla y León, que se disolvió poco después.
La vestimenta de los miembros de este cuerpo de
seguridad estaba compuesta por un uniforme con coleto y mangas de color
verde. Según cuentan los cronistas de la época, se
ganaron a pulso la fama de impuntuales. Casi nunca llegaban a
tiempo de atender a las emergencias. Centraban su actuación,
sobre todo, en el terreno rural. Cuando llegaban a poner orden, los
vecinos ya habían resuelto las adversidades por sí mismos o no
había remedio ante la emergencia. Entonces recibían a los miembros de la
orden con la frase ”a buenas horas, mangas verdes”.
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