Luis Buñuel y Federico García Lorca en una motocicleta de pega en la Feria de San Antonio de Madrid.
Federico era granadino, y llegó a la Residencia recomendado por D. Fernando de los Ríos. Así describe Luis Buñuel a Lorca:
(Sic) Brillante, simpático, con evidente propensión a la elegancia, la corbata impecable, la mirada oscura y brillante, Federico tenía un atractivo, un magnetismo al que nadie podía resistirse. Era dos años mayor que yo e hijo de un rico propietario rural. En principio, fue a Madrid para estudiar Filosofía, pero pronto dejó las clases para lanzarse a la vida literaria. No tardó en conocer a todo el mundo y hacer que todo el mundo le conociera. Su habitación de la Residencia se convirtió en uno de los puntos de reunión más solicitados en Madrid.
Nuestra amistad, que fue profunda, data de nuestro primer encuentro. A pesar de que el contraste no podía ser mayor, entre el aragonés tosco y el andaluz refinado -o quizás a causa de este mismo contraste-, casi siempre andábamos juntos. Por la noche nos íbamos a un descampado que había detrás de la Residencia, nos sentábamos en la hierba y él me leía sus poesías. Leía divinamente. Con su trato, fui transformándome poco a poco ante un mundo nuevo que él iba revelándome día a día.
(Continuará)
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