LA CASA DE MI TÍO LUIS

Está edificación suscitó cierta polémica en el pueblo cuando se estaba construyendo y más, a su finalización. En aquel momento, hace más de 40 años, era una casa vanguardista, no al uso. Mi tío, y su mujer, mi tía Teresa,  aprovecharon el cubierto que ya había en tiempos de mi abuelo Ignacio ("El Caño") para levantar su original vivienda, uniéndola a los graneros por un pasillo y dejando un espacio del corral existente. Como se puede observar, la mayoría de habitaciones dan a la huerta y la forma modular las hizo más espaciosas.
Yo admiraba a mi tío, pero era tan trabajador que un día le dio un infarto estando en el campo y se murió. Sentí enormemente su pérdida. Fue una pena que una persona tan generosa y simpática desapareciera así, sin ton ni son.
Mis primas, conjuntamente con su madre, siguieron viviendo allí hasta que Pilar se casó y se fue a casa de Vicente Medrano, su marido. Luisita siguió allí y, cuando contrajo matrimonio con Francisco Gil, se establecieron allí  y ahí permanecen.
Por encima de la casa se ve la cueva de la Colasa, pero ella ya no vive allí, está en una residencia próxima al pueblo. La cochera que se ve a la izquierda pertenece a los Trigo. La antena creo que es para la dar cobertura a los móviles.

(La foto es de JMTP).

1 comentario:

Anónimo dijo...



De las formas de construcción de la casa de Luis y Teresa, Luis estaba muy contento ya que admiraba al arquitecto que supo darle esta forma y conseguir el máximo espacio.

En cuanto a la personalidad de Luis, los que tuvimos la suerte de tratarlo, la opinión no puede ser mas favorable. Sabía compartir su amistad con los que éramos más jóvenes que él, como nadie lo podría hacer. Ir a las bodas a Zaragoza con él era todo un lujo.

Recuerdo cuando se casaron su hermana María y Marino, y tras comer los invitados en local del tio Manolín, al sobrar tanta comida, Luis el hermano orgulloso y contento de casar a su hermana, en las mismas escaleras de la iglesia hizo sacar torteras y torteras de arroz y otras de carne, donde comió mucha gente del pueblo. Creo que el guiso se había hecho en la casa de su hermana Agustina.

El día de su fallecimiento me enteré cuando al anochecer volvía yo de trabajar y me encontré con muchísima gente en la puerta. Pregunté qué pasaba y Antonio y Amelia que habían venido de Boquiñéni me dieron la mala noticia. Fui a casa y al poco volví y estuve hasta altas horas de la noche.

La Marisa estaba atendiendo como podía a cuanta gente llegábamos. Fue una gran pérdida pues Luis tenía muchas ganas de vivir.