Soldados polacos de infantería y caballería.
Palafox acondicionó un cordón defensivo sustentado en tres
puntos clave: el río Jalón a la izquierda, una paridera sita en el llamado
Camino de Zaragoza de Épila, a la derecha y las “Hermanicas” de Rueda, en el
centro. Enseguida se percibió la inferioridad española y Palafox ordenó el
inmediato repliegue hacia el santuario de Rodanas, para luego, dirigirse a
Calatayud y admitiendo que fue la caballería del comandante Francisco Ferraz,
apostada en Rueda, la que logró salvar con sus maniobras al grueso de su
ejército. Pese a todo, el día 24 los franceses
destruyeron la artillería que se había ubicado en el “Cabezo de la
Horca” y más tarde en “El Calvario” y se apoderaron de la población, la
saquearon, y, según López Correas, mataron al cura y degollaron a casi 4
decenas de epilenses, aunque respetaron al cirujano y a los enfermos y heridos.
Bardallur, según Lázaro Sebastián, no fue ajeno a la
contienda. Los franceses exigieron al pueblo suministros de pan y vino. Lo
corrobora un comunicado con fecha 22 de junio firmado por el alcalde Joaquín
Gil pidiendo ayuda a Palafox, ya que se habían negado y los vecinos les habían
hecho una “descubierta, en donde se les hizo fuego”. El peligro era real pues
la pena de muerte era inminente si eran capturados. De ahí que la mayoría de
los habitantes hubiese adoptado ya la medida de abandonar el pueblo y dirigirse
a los montes del término como era práctica habitual.
Para saber más:
http://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/29/67/12lazaro.pdf
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