El cambio era esto
El triunfo del PP en este 26J -catorce escaños más, seiscientos mil votos más- es un triunfo personalísimo de Mariano Rajoy. Se ha cargado de un plumazo a todos sus rivales: deja al PSOE tiritando, a Podemos sonado, y pincha la burbuja de Ciudadanos al recuperar el voto popular que se fue cedido a la formación naranja. Sus militantes le robaron a Podemos hasta el lema: "¡Sí se puede!", gritaron en Génova cuando Rajoy se asomó al balcón.
Ni el PSOE se despeñó ni Podemos se salió del tablero. Los socialistas mantienen la segunda posición y con ella la hegemonía de la izquierda. Pedro Sánchez conserva, por tanto, la batuta del PSOE, por muy desafinada que quiera seguir tocando la orquesta de sus críticos y aunque tenga imposible liderar la formación de ningún gobierno. Del temido y mil veces anunciado sorpasso, ni rastro. NI en votos ni en escaños.
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