TAL DÍA COMO HOY DE 1936...



moría en accidente de avión quien iba a ser el jefe indiscutido de los sublevados, José Sanjurjo. Como el favorecido por la desaparición de éste fue Francisco Franco, algunos historiadores y publicistas sostienen que pudo hacer que se matase a quien se encontraba delante de él en la jerarquía de mando y, luego, a un posible rival.

Los monárquicos alfonsinos más exaltados conspiraban contra la República casi desde el principio de ésta. Sanjurjo, marqués del Rif por voluntad de Alfonso XIII, y director general de la Guardia Civil en 1931, se arrepintió pronto de haber apoyado la caída del rey y en agosto de 1932 se sublevó contra el Gobierno de Manuel Azaña, que le derrotó  en unas horas.

De acuerdo con los planes de los militares y civiles implicados en la conspiración de 1936, Sanjurjo iba a ser el jefe del Estado, que luego daría paso a la restauración monárquica. En julio, se encontraba exiliado en Portugal y el militar monárquico Juan Antonio Ansaldo, pionero de la aviación en España, voló en su busca. La embajada del Gobierno republicano vigilaba a Sanjurjo y a los exiliados, que no se caracterizaban por su discreción. Debido a sus presiones, el primer ministro Oliveira Salazar, que seguía reconociendo como legítimo al de Madrid, obligó a Ansaldo a que su avión despegase de un pequeño aeropuerto, en Cascais.
                          Avión LC de Havilland Puss Moth Ec-Cbc Lape2 como el que se estrelló Sanjurjo

Los riesgos se agravaron con el empeño del general y sus cortesanos de llevar lo que Ansaldo en sus memorias describió como “una inmensa y pesadísima maleta”, llena de uniformes. Como dijo uno de los cortesanos, “No va a llegar a Burgos sin nada que ponerse, en vísperas de su entrada triunfal en Madrid”. La pequeña avioneta no llegó a despegar: se estrelló contra una cerca de piedra y Sanjurjo murió en el choque, mientras que Ansaldo se salvó gracias a que un pastor le sacó de la cabina cuando ya se estaba quemando. El piloto atribuyó el accidente a dos motivos: o una piedra que saltó en el campo y rajó la madera de la hélice o que, con el esfuerzo para mantener la cola de la avioneta en alto y el aparato en línea de vuelo, la hélice rozó con el suelo.

Un día antes,  "Franquito", como le llamaban los generales y compañeros de milicia, había volado de manera camuflada, en el "Dragon Rapid", para hacerse cargo de la insurrección en Tetuán. El vuelo, sufragado por el banquero March y con la ayuda de Luca de Tena, director del ABC y de Ricardo de la Cierva, tuvo varias escalas y Franco, incluso, se afeitó el bigote y se vistió de moro por si acaso interceptaban el avión. También portaba una carta en la que manifestaba su apoyo a la República, por si las moscas. El ladino galleguiño se las sabía todas, el...

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