Don Quijote acaba de conocer el "otro" Quijote, el de Avellaneda. La autoría del mismo está todavía por desvelar. hay alguna teoría que se inclina por un aragonés e, incluso, Tomás Ximénez de Embún (Z, 1843-Z, 1924), de ascendencia almuniense, mantiene que "Avellaneda" debió ser el clérigo sallentino don Vicencio Blasco de Lanuza (1563-1625), de clara tendencia antiargensolista y anticervantina. Lo cierto es, que este conocimiento por parte del hidalgo manchego es el causante de no parar en Zaragoza.
"Sucedió, pues, que en más de seis días no le sucedió cosa digna de ponerse en escritura, al cabo de los cuales, yendo fuera de camino, le tomó la noche entre unas espesas encinas o alcornoques, que en esto no guarda la puntualidad Cide Hamete que en otras cosas suele".
Cervantes, con esta forma literaria, abrevia y va rápido hacia el final que no es otro que Barcelona y el mar Mediterráneo. Pero, ¿por dónde cruzarían Don Quijote y Sancho el Ebro? El único puente que había entonces era el de Piedra, en Zaragoza, y como ya vimos, eluden pasar por la ciudad. Así pues, lo más probable sería que lo hicieran por un vado existente entre Fuentes de Ebro y Osera, población, esta última, en la margen izquierda. Hay que tener en cuenta el estiaje del Ebro en los meses veraniegos -en los que se supone que estuvieron nuestros personajes- y que entonces no había pantanos que recogiesen las aguas. Con seguridad que llevarían la ruta del Camino Real, la actual N-II que atraviesa Los Monegros hasta llegar a la provincia de Lérida.
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