Leopoldo Martínez-Osorio Fernández se trasladó de su vivienda de Baja 4 a Baja 22, parece ser que ya con su mujer y su hijo, donde convivió con mis abuelos paternos Juan y Joaquina, mi padre, Marino y mi tía Carmen -Juan José no había nacido- que también se habían trasladado de su vivienda anterior en el Callejón de Soler.
Joaquín Santa Pau Guzmán, un enérgico capitán y experto jinete, convenció a su concuñado Leopoldo, lo involucró en la Guerra Civil y el joven médico se apuntó en la 2ª Bandera de Falange que salió de Zaragoza con destino a Belchite. La Bandera participó desde el principio en violentos ataques y contraataques, lo que le valieron a Santa Pau el ascenso a comandante. Las fuerzas republicanas consiguieron romper el cerco y, tras sangrientos combates, en los que pereció Santa Pau, se hicieron con la población de Belchite el 6 de septiembre de 1937.
Leopoldo, superviviente de aquella atroz batalla, fue hecho prisionero, al igual que otros soldados franquistas, incluido algún otro de Bardallur. El médico sería fusilado poco más tarde. (La historia del preso de Bardallur se la dejo a uno que sabe del asunto).
La viuda y el hijo de Leopoldo siguieron manteniendo relación con mi familia, según cuenta mi prima C. Marín. El hijo, Leopoldo Martínez-Osorio Corzán fue un eminente médico cardiovascular y un notable escritor.
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