Mientras ustedes tomaban el sol como guiris o acudían fervorosos a los desfiles de Semana Santa, esos días que la ministra Cospedal, tan devota y ridículamente dolorida ha ordenado que se pongan las banderas a media asta, Donald Trump se ha entretenido en lanzar la llamada madre de todas las bombas en Afganistán, una monstruosidad de diez toneladas.
El mundo era razonablemente soportable con un loco como el último de la dinastía Kim que tiraniza Corea del Norte y que gusta de lanzar misiles por tierra, mar y aire, pero el país asiático, en un rincón del mundo, apenas si tiene 25 millones de habitantes y el peligro que representa es bastante modesto. Estados Unidos, en manos de un personaje como Donald Trump, tan ignorante como errático, da pavor. Dice The New York Times que Trump no está formado ni informado en política exterior -tampoco en la interior, si a eso vamos- y que actúa según le soplan los vientos. Es posible, pero a lo mejor ocurre otra cosa, y quizá sea que todos los lobbies de su país están enloquecidos por sacar tajada de un paquete de 600.000 millones de dólares, cantidad descomunal, que es a lo que asciende el Presupuesto de Defensa de Estados Unidos tras pegarle el atrabiliario presidente un aumento de 50.000 millones, el mayor de los últimos diez años.
¿Ustedes están tranquilos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario