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sábado, 22 de julio de 2017

LOS PRIMEROS REGANTES (13)

EL HIERRO

La llegada de los llamados "pueblos del mar" ocasionaron un quebranto en Asiria que fue aprovechado por los casitas para disgregarse de la misma. Los elamitas saquearon Babilonia llevándose el Código de Hammurabi y la estela de Naram-Sin. Pero en 1174 a.C. surgió un nuevo rey babilonio llamado Nabucodonosor I -no confundir con el II, que es del S.VII a.C.- que derrotó a los elamitas , aunque su reinado no duró mucho, logró estabilidad y gloria, pero un acontecimiento de suma importancia iba a hacer acto de presencia: El hierro.


El cobre y el estaño, cuya aleación daba el bronce, eran difíciles de encontrar -los fenicios llegaron hasta Inglaterra en busca del segundo- y, de repente, empezó a conocerse un nuevo metal, al parecer proveniente de los meteoritos que caían al la Tierra, pero era muy escaso y empezó a usarse en puntas de flechas y espadas. Se sabía que ciertos minerales rocosos contenían hierro, pero era muy difícil separarlos y se necesitaban fuegos de mucha potencia para poder trabajarlo y técnicas complicadas desconocidas por los primeros metalúrgicos. Los hititas fueron los primeros que monopolizaron su manufactura, pero les duró poco. Los "pueblos del mar" los hicieron desaparecer y la fabricación del hierro se extendió, llegando, por supuesto a Asiria. Teglagfalasar I fue el gran rey que logró ampliar el dominio asirio y empezó a utilizar el hierro para su cuerpo de élite. Venció a los babilonios de Nabucodonosor, pero no pudo con la presión de pueblos nómadas provenientes de Arabia, los arameos. Los asirios vencieron a los nuevos invasores nómadas en varias ocasiones, pero el desgaste fue de tal importancia que fue aprovechado por los fariseos, uno de los "pueblos del mar", conocedores del hierro y bien equipados con armas de este metal, los que van a ser los nuevos protagonistas. Pero en el 1030 a.C., David, de la tribu israelita de Judá, derrotó a los fariseos y se impuso al resto de las tribus israelitas. Sin embargo, durante el reinado de su hijo Salomón, los arameos fundaron diferentes principados al norte y denominaron a la región con el nombre que hoy conocemos como Siria. Así pues, la zona, a la muerte del rey sabio quedó partido en dos: Israel y Siria.


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