EL COMERCIO EN EL REINO ARAGONÉS EN LA ÉPOCA DE LOS AUSTRIAS (4)

Los principales productos de la importación al reino aragonés solían ser tejidos finos, productos de lujo y maquinaria, además de ciertos materiales de origen mineral. En el XVII, a medida que el artesanado local perdía relevancia, se fueron introduciendo otro tipo de productos.
Las importaciones textiles originaron las protestas de las ciudades del reino debido a la competencia que hacían a las suyas, pero los tejidos franceses acaparaban el mercado aragonés. Hay estudios que lo demuestran teniendo en cuenta las entradas por aduanas y peajes. En la de Sallent, por ejemplo, los tejidos franceses representaban dos terceras partes del total, a pesar de las prohibiciones, lo que da lugar a pensar que hubo un intenso contrabando.
Los productos de lujo se limitaban a los briales -vestidos de lujo para las mujeres-, además de adornos de todo tipo. Tal era el uso que en las Cortes de Monzón de 1557 se dictó un fuero de reforma del vestido, prohibiendo los vestidos lujosos.
Determinada maquinaria y materias primas provenientes de otros países también entraban al reino, algunas de las materias  venían ya semielaboradas, como por ejemplo, las espadas que se terminaban de confeccionar en Zaragoza. El mineral de hierro procedía de Vizcaya.
También entraban materias de origen animal, como
carne de vacuno, tocino, manteca, queso, ánsares, abadejos, sardinas...El ganado mular entraba, procedente de Francia, con destino a Valencia.
Coyunturalmente, debido a las condiciones meteorológicas, hubo cierta importación de cereales procedente de Francia o Cataluña.
Los comerciantes galos representaban más de 1/3 del total, sobre todo los naturales del Bearn, que pronto adquirieron la condición de ciudadanos y optaron a cargos municipales.