Continuando las pautas de la hispalense, creada un siglo antes, la hermandad portuense se propuso tener un hospital propio para asistir a los enfermos.
Para ello le fue concedida, en primer lugar, la Capilla de San Andrés en 1675 (actual colegio de las Esclavas), pero debido a lo reducido de sus dependencias solicitó en 1679 otro lugar, en esta ocasión, junto a la ribera del Guadalete frente a la Aduana Ducal.
Su construcción se inicia en 1679, aunque hasta bien entrado el siglo XVIII, no se remataría el segundo cuerpo con sus magníficas enfermerías, escalera y oficinas conventuales, todo con la colaboración de grandes cargadores a Indias como Vizarrón, Valdivieso, Eguiarreta y Winthuissen. El edificio se terminó en 1700, pero fue afectado por la desamortización de Mendizábal en 1835 y hubo de abandonarse, pasando a ser biblioteca y escuela. En 1923, el primer hospital de la Misericordia fue donado a la congregación de Esclavas del Sagrado Corazón para colegio y el conde de Osborne se encargó de su rehabilitación. El hospital junto al Guadalete, pasó a la jurisdición de la Junta Municipal de Beneficiencia pasando a llamarse, desde entonces, Hospital General de San Juan de Dios. En su rehabilitación y uso participaron activamente Micaela Aramburu y el doctor Federico Rubio. El hospital dejó de funcionar como tal y pasó a posesión del ayuntamiento que, durante un tiempo, lo empleó como oficinas, pero en la actualidad esta en completo estado de abandono y, según el alcalde, hay varias propuestas de uso, todas ellas relacionadas con la hostelería. En el mismo edificio sigue funcionando la iglesia de los Afligidos.
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