S. X d.n.e.- Habíamos dejado a los Banu Qasi en declive total al ser sustituidos por los tuyibíes, sobre todo al llegar al poder el último emir independiente Abderrahman III en el 912. En el 929, el propio emir fundó el Califato de Córdoba, totalmente independiente de Bagdad, tanto en lo civil, como en lo religioso. El nuevo califa exigi
ó sumisión a todos los señores de las Marcas, pero en el 934, tanto el gobernador de Daroca, como el de Saraqusta rompieron el vasallaje y dejaron de pagar al califa. Pero Abderrahman, queriendo asentar su autoridad, construyó un campamento estable cercano a Zaragoza y la atacó con almajaneques (máquinas para abatir murallas). Viéndose perdidos, los habitantes zaragozanos se rindieron y solicitaron el perdón sometiéndose al califa. El omeya nombró un valí con amplios poderes civiles y militares que controlaba, además, las otras ciudades de la Marca Superior. A cambio de obtener la paz y el perdón, los zaragozanos se comprometían a entregar rehenes, a cortar relaciones con los cristianos, a no dar asilo a esclavos u otras gentes huidas del califa, a enviar una contribución anual, a no tomar represalias y a renovar el juramento de fidelidad, además de facilitar hombres y dinero para las campañas. En el 937, se produce un auténtico vasallaje de los tuyibíes y Abderramhan es considerado un soberano incuestionable de al-Andalus. El valí saraqustano se ayudaba de funcionarios de alto rango que le solucionaban asuntos judiciales y sociales (cadíes), Temas policiales relacionados con lo buenos usos en los mercados, las disputas laborales, el adecuado uso de las mezquitas...(al-mutazaf) y los alfaquíes, encargados de la religión. Todo iba sobre ruedas, pero a finales de siglo, se hizo con el poder efectivo un guerrero hábil e intrigante llamado Al-Mansur (Almanzor) que en sus razzias y correrías destituyó y ejecutó al valí zaragozano poniendo en su lugar otro tuyibíe. Estos últimos años del siglo hay vierta oscuridad en el desarrollo de la ciudad, pues las fuentes, apenas la nombran.
(En la imagen, busto de Muhammad ibn Hasim, valí de Saraqusta).
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