La Guerra de la Independencia continúa, pero las circunstancias dejan de ser favorables al ejército napoleónico al perder Andalucía y Galicia y, pese a las pequeñas victorias de Suchet que hacía la guerra por su cuenta por el Levante, unido a las nefastas campañas de Napoleón en Rusia, se empieza a notar cierta remisión pues su macroestructura militar empieza a ser quebradiza tirando más a la ruptura que a la fortaleza. La organización militar española,si embargo, había adquirido competencia operativa y piensa en la reconquista de Zaragoza. Los franceses, sintiéndose débiles en Aragón, van a condensar su esfuerzo en mantener las plazas estratégicas, retirándose paulatinamente del resto del país. La evacuación de Zaragoza será anunciada públicamente por el gobernador de la plaza, general Paris, y tendrá lugar del 5 al 9-VII-1813; con un cierto orden y de modo sucesivo van dejando en manos aragonesas el tránsito del sistema francés al español, que transcurrirá sin ningún incidente, sí con bullicio y alegría en casi todos, los que se iban a Francia -afrancesados- porque se veían fuera de las represalias, y los que se quedaban porque era la liberación. El Ayuntamiento se constituirá permanentemente de guardia.
París obligará a alejarse al general Clausel, que había venido en su defensa y con el objetivo de saquearla y se dirigirá hacia Jaca devastando todo lo que encuentran a su paso. Se dirigirá hacia Jaca, no sin que sus tropas cometan bastantes robos y tropelías. Suchet hace todo lo posible, prácticamente, para consolidar las comunicaciones entre Valencia y Zaragoza, con objeto de defenderse a la izquierda del Ebro apoyado en Lérida, Mequinenza, Monzón y Jaca como nuevo punto de partida para una nueva recuperación de España, sueño utópico de Napoleón . Villacampa será una de las causas de que Suchet no llegue nunca a Zaragoza y tenga que salir por Cataluña hacia su patria.
Se acercan a Zaragoza las tropas de los generales Mina y Durán, a quien le corresponde el mando del ejército que ha de liberarla. Es orden de Wellington. Durán es el más antiguo de los dos, pero el Rey Chico de Navarra no puede tolerar que se le robe la gloria de reconquistar Zaragoza. No puede soportarlo. Y se inicia una comedia entre los dos: evitan verse, aunque siempre cederá el barrigudo y pequeño Durán, que hacía la guerra acompañado de sus dos hijas y un piano. Vencerá Mina, no sin antes dar desplantes a las corporaciones zaragozanas, pues como su mando lo tenía en la orilla izquierda del Ebro sólo se creía ciudadano del Arrabal. A las diez de la noche del 9-VII-1813 no queda un francés en Zaragoza, excepto los que se acastillaron en la Aljafería; en su ordenada marcha la ciudad sufrió el último rasguño: fue volado un ojo del puente de Piedra. Por fin entró -Mina y Durán no se ponen de acuerdo- el primero un aragonés, el coronel Tabuenca, con su famosa «música», y tras él Julián Sánchez «El Charro», con sus lanceros bajando desde Torrero. La ciudad se iluminó espontáneamente. El Coso se llenó de una multitud enardecida y el Pilar también. Mina entraría velozmente para situarse en el Arrabal -el Puente de Piedra fue reparado con un pontón- y perseguiría al convoy francés, al que atascó y castigó y consiguió diezmar. Durán es destinado a Cataluña. Mina se queda solo y empieza a respirar la ciudad, pues ante las salidas y venidas del general navarro los zaragozanos temían que los franceses, como en cierto modo lo tenían proyectado, recuperasen la ciudad, que quedará libre de ellos el 2 de agosto, cuando capitule la Aljafería.
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