ZARAGOZA EN EL S. XIX (1)


El primer cuarto del siglo XIX, Zaragoza se va a ver marcada -y heroicamente afamada- debido a la Guerra de la Independencia contra los invasores franceses de Napoleón Bonaparte y, concretamente, por los dos sitios que sufrió durante el verano de 1808 y el invierno de 1808/1809 y la posterior ocupación hasta 1813. Los más de 54.000 muertos significaron un gran problema demográfico, unido a la precariedad económica y la destrucción de parte del caserío, que necesitará varias décadas para su reconstrucción.

Pero no iban a terminar ahí los conflictos de este primer cuarto de siglo. Con Fernando VII de nuevo en el poder se van a producir diferentes levantamientos militares que buscan la restauración de la Constitución de 1812. La sublevación de Riego en Las Cabezas de San Juan (Sevilla)
dio origen al Trienio Liberal (1820/1823). Zaragoza apoyó el pronunciamiento y hubo un período de enfrentamientos armados entre entre liberales )apoyados por la Milicia urbana) y los absolutistas o entre los propios liberales (moderados contra radicales). Todo acabará el 7 de abril de 1823 con la entrada en el país de los denominados "100.000 Hijos de San Luis" enviados por las potencias europeas para ayudar y restaurar en el trono a Fernando VII, que, de nuevo instaura en España el régimen absolutista. 

El segundo cuarto de siglo, tras la muerte del monarca en 1833, se abre otra vez abre un nuevo periodo de inestabilidad marcado fundamentalmente por la Primera Guerra Carlista (1833-1840), los motines liberales y el proceso desamortizador (1836). Por lo que respecta a la guerra, son constantes los intentos carlistas para apoderarse de Zaragoza, como los del 27 de febrero de 1834 (levantamiento carlista en el barrio del Arrabal, rápida y duramente sofocado) y el 5 de marzo de 1838, cuando la reacción de los vecinos hace fracasar un intento del general carlista Cabañero para tomar la ciudad por sorpresa. Relacionados también con la oposición al carlismo, el 3 de abril y el 4 de julio de 1835 (año de expulsión de los jesuitas), sendos motines populares terminan con el asalto a varios conventos (La Victoria y el colegio franciscano de San Diego el 3 de abril y, Santo Domingo, San Lázaro y San Agustín el 4 de julio) y el asesinato de varios religiosos.

Al principio de la segunda mitad del siglo, hay un cierto período de estabilidad que pronto se verá trastocada con el pronunciamiento del almirante Topete en Cádiz el 29 de septiembre de 1868. Zaragoza se sumará a esta revolución conocida como "La Gloriosa", dando fin al gobierno de Isabel II. El gobierno zaragozano quedó en manos de una Junta Revolucionaria disuelta tras las elecciones a Cortes constituyentes. Sin embargo, las diferencias entre monárquicos y republicanos, unido a problemas sociales (escasez de trabajo, malas condiciones de vida de las clases populares...) dan lugar a diversos motines e insurrecciones que provocan diversos motines e insurrecciones, como el del 6 de octubre de 1869, donde los republicanos fueron duramente reprimidos por las tropas gubernamentales o los movimientos cantonalistas de 1873 y el estallido, de nuevo de otro motín republicano en 1874.

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