ZARAGOZA EN EL S. XIX (y 3)


A mediados de siglo, dos factores van a influir en la  industrialización de Zaragoza; por una parte, la consolidación  de la burguesía y, por otra, la implantación de Estado liberal. Uno de estos burgueses emprendedores fue el banquero Juan Bruil y Olliarburu, fundador de la Caja de Descuentos Zaragozana (1858), precedente del Banco de Zaragoza. La instalación de fábricas, normalmente junto a los cauces de agua y las carreteras de acceso a la ciudad, originan la aparición de las primeras barriadas obreras en la periferia, que crecen sin ningún tipo de planificación, y que desde 1885 van a quedar comunicadas con el centro urbano por una red de tranvías. Entre las primeras fábricas destacan la Maquinaria Aragonesa (1853), creada por ingenieros franceses, e Industrias Averly (1863).
 En las últimas décadas del siglo, van a predominar las industrias agroalimentarias: harineras, alcoholeras ("La Zaragozana", en 1900) y azucareras ("Azucarera de Aragón", en 1893, y "Azucarera del Gállego", en 1898). En este periodo no sólo se renuevan y adaptan a los nuevos tiempos las industrias ubicadas en la ciudad, sino que también se instalan otras nuevas, como "Industrial Química", "Cardé y Escoriaza", "Maquinaria y Metalurgia Aragonesa", "Nueva Azucarera de Aragón", etc., normalmente ubicadas en las inmediaciones de las estaciones de ferrocarril más importantes. La demanda de maquinaria para las nuevas industrias y el ferrocarril impulsa el sector metalúrgico: a "Industrias Averly" se añaden "Talleres Mercier", "Cardé y Escoriaza", "Maquinaria y Metalúrgica Aragonesa" entre otras. En 1893 se crean las primeras empresas de electricidad, la "Electra-Peral" y la "Compañía Aragonesa de Electricidad" (fusionadas en 1911 para crear "Eléctricas Reunidas de Zaragoza").

En 1868 la Real Sociedad Económica de Amigos del País organizó la celebración de la I Exposición Aragonesa, la primera de estas características que se realizaba en España, que se concebía como un escaparate de los logros económicos de la burguesía aragonesa a través de su producción en agricultura, industria y artes. El arquitecto, Mariano Utrillas, construyó una serie de edificios y pabellones en tomo a la Glorieta de Pignatelli (actual Plaza de Aragón), en la que participaron 2.500 expositores, y tras permanecer abierta dos años sus solares fueron después urbanizados en tomo a la plaza.

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