- Aquí el experto.
- No es cierto que en la actualidad, al menos en enseñanzas medias, haya profesores que suspenden a sus alumnos porque supuestamente les da prestigio. La presión por aprobar es tan fuerte por parte de los padres, de la Administración educativa, de los orientadores, de los mismos compañeros y tutores, y de los propios alumnos, que se convierte en casi una heroicidad mantener criterios rigurosos de evaluación. Sí es cierto que hace años (décadas más bien) sí existía la tipología del profesor que se ufanaba de suspender mucho porque era muy estricto. Esa figura de profesor hueso no es que esté en vías de extinción, es que está extinguida. Además, las reformas que se anuncian en el sentido de poder acabar el bachillerato con un suspenso, van en la línea de disuadir a aquel profesor que pretenda mantener sus criterios de evaluación; y como dejar a un alumno sin promocionar o titularse con una sola asignatura está muy mal visto, no sería extraño que alumnos poco escrupulosos dejen de trabajar dos materias confiando en que de una de ellas serán exonerados y otra será aprobada por consenso ( y por la cara).
- “Los estudiantes no repiten porque no entiendan los contenidos, sino por problemas de comportamiento”. Hombre, pues repiten por las dos situaciones. Y no todas las repeticiones son estériles. “La repetición está en la mentalidad de los centros educativos, sobre todo en secundaria”: no, tampoco es cierto; lo que sucede es que los centros carecen de posibilidades y de herramientas para ofrecer una educación diversificada para atender diferentes ritmos de aprendizaje, carencias todavía más brutalmente agudizadas con los recortes de la última crisis, por lo que no tienen más remedio que aplicar la fórmula de la repetición para aquellos que no han conseguido capacidades, conocimientos y destrezas que les ofrezca la posibilidad de continuar en un curso superior con éxito.
- Partiendo del reconocimiento de que la enseñanza concertada practica segregaciones encubiertas y contribuye a la división social, este señor propone como remedio ¡inyectar más dinero a la concertada! Diagnóstico correcto, remedio estúpido.
“Hay que trabajar lo importante: la comprensión lectora y el razonamiento matemático”. Sí, sin duda, ahí si acierta en el remedio.
(Del blog de F. Santiago)
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