Para los que no recordéis la historia de Santiago Apostol ahí va una breve biografía -con sus leyendas y datos históricos- de este pescador de Betsaida (Galilea).
Cuenta la tradición que al Apóstol Santiago, como llamamos los españoles a Jacob, el hijo de Zebedeo y hermano de Juan el Evangelista, le fue encomendada, tras la crucifixión de Cristo, extender la fe en los territorios españoles y, más concretamente, en los gallegos.
Sin embargo, Su prédica tuvo poco éxito y fue escaso el número de discípulos que lo siguieron, así que decidió volver a Jerusalén. En el camino de regreso, siguiendo la tradición, cuando se encontraba en Caesaraugusta -40 d.C.- se le apareció la Virgen y dejó un pilar sobre el que más tarde se erigiría el templo del Pilar.
Tras su regresó a Palestina, en el año 42 ó 44, fue torturado y decapitado por Herodes Agripa, y se prohibió que fuese enterrado. Sin embargo sus discípulos, en secreto, durante la noche trasladaron su cuerpo hasta la orilla del mar, donde encontraron una barca preparada para navegar pero sin tripulación. Allí depositaron en un sepulcro de mármol el cuerpo del apóstol que llegaría tras la travesía marítima, remontando el río Ulla hasta el puerto romano -otro "a contracorriente", en la costa Gallega, de Iria Flavia, la capital de la Galicia romana. Allí enterraron su cuerpo en un compostum o cementerio en el cercano bosque de Liberum Donum, donde levantaron un altar sobre el arca de mármol.
Tras las persecuciones y prohibiciones de visitar el lugar, se olvidó la existencia del mismo, hasta que en el año 813 el eremita Pelayo observó resplandores y oyó cánticos en el lugar. En base a este suceso se llamaría al lugar Campus Stellae, o Campo de la Estrella, de donde derivaría al actual nombre de Compostela.
El eremita advirtió al obispo de Iria Flavia, Teodomiro, quien después de apartar la maleza descubrió los restos del apóstol identificados por la inscripción en la lápida. Informado el Rey Alfonso II del hallazgo, acudió al lugar y proclamó al apóstol Santiago patrono del reino, edificando allí un santuario que más tarde llegaría a ser la Catedral.
A partir de esta declaración oficial los milagros y apariciones se repetirían en el lugar, dando lugar a numerosas historias y leyendas destinadas a infundir valor a los guerreros que luchaban contra los avances del Al-Andalus y a los peregrinos que poco a poco iban trazando el Camino de Santiago.
Una de ellas narra como Ramiro I, en la batalla de Clavijo, venció a las tropas de Abderramán II ayudado por un jinete sobre un caballo blanco que luchaba a su lado y que resultó ser el Apóstol, es decir, Santiago “Matamoros” -término hoy, muy denostado-.
Miniatura inicial del códice-cartulario Tumbo B, que recoge a Santiago sofocando la revuelta urbana de Compostela en 1317-1320. Lo que se ve al lado es el castillo de Rocha Forte, bastión de los rebeldes que, finalmente, sus cabecillas fueron asesinados.
A partir del s. XI Santiago de Compostela ejerció una fuerte atracción sobre el cristianismo europeo y fue centro de peregrinación multitudinaria, al que acudieron reyes, príncipes y santos.
Felicidades a los que hoy celebran su santo.
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