"Quiero decirles a los niños de todo el país que no importa lo que diga el presidente. Este país os pertenece", ha afirmado Ocasio-Cortez
Cuando vi el domingo las escenas de la policía arrestando a emigrantes en muchas ciudades estadounidenses, excluidas las afectadas por el huracán, que las han dejado para cuando pase, me entró una mala leche de mil pares. A este tipejo, xenófobo, racista, aparófobo, homófobo, supremacista, ultraliberal y otros epítetos que se le podrían aplicar, que tienen como presidente los habitantes de USA se le debería de caer la cara de vergüenza por cómo trata a los seres humanos; un tipo que proviene de emigrantes alemanes que entraron sin papeles y que su abuelo regentó un burdel con el que se enriqueció. Un tipo que se abraza con dictadores y rechaza a los dirigentes demócratas, un tipo que nos puede meter en una guerra de grandes dimensiones, que nos puede llevar a una crisis económica, que nos ningunea y que, encima, se le tenga que hacer reverencias y mantener en nuestro suelo sus veleiadades militaristas. Un peligro para la sociedad.
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