El "Cautivico" con peluca
El altar mayor de la iglesia de Stª Mª la Mayor (barroca-clasicista del XVIII) de Épila está construido sobre el solar de la casa donde nació Pedro Arbués, nombrado por Torquemada Inquisidor de Aragón y que murió, como ya comenté, a manos de varios judíos en la catedral de La Seo zaragozana en 1441. En la citada iglesia hay varias reliquias del santo (canonizado en 1867), varios cuadros atribuidos uno a Goya y otros a Bayeu y un pequeño altarico donde se encuentra una figura del niño Jesús con una bola y unas abolladuras en la cabeza -no se debe confundir con el "Niño de la bola", otra figura que los que van a hacer la 1ª comunión sacan en procesión. El que hoy voy a tratar es el primero, el denominado "Cautivico" que hasta la exclaustración de 1835 -ya traté de ella no ha mucho- perteneció al convento de los capuchinos que se encontraba en Épila bajo el patrocinio de San José. La imagen procede del reino de Nápoles donde fue virrey a mediados del S. XV D. Lope Ximénez de Urrea, el padre del primer Conde de Aranda, por cierto, enterrado en esa iglesia e un magnífico sarcófago de alabastro. Hasta aquí, nada extraño, salvo lo de las reliquias de Pedro que vete tú a saber.
Pero, al igual que Frontonio, el copatrono de Épila junto a Pedro Arbués, el "Cautivico" tiene su leyenda. Resulta que, según las crónicas, el Conde de Aranda, de regreso de uno de sus viajes, pasó por un mercadillo. Cuando montado en su caballo vio en una tienda mora un Niño Jesús le llamó su atención al encontrarse en la tienda de un musulmán. Parado frente a la tienda, éste le increpó a comprarlo, al observar su actitud de asombro. El moro, concertó el siguiente trato. Se pagará por él su peso en monedas españolas de oro. Afirmando el trato, se dispuso el moro a pesar la imagen en una balanza. Pero, ante el asombro de ambos, esta no funcionaba. Estupefacto, el musulmán probó con otro objeto y funcionaba. Enfadado el islamita, fue a otro mercader y le pidió su balanza, comprobando ambos que funcionaba. Colocó de nuevo la imagen y esta no pesó nada, pues la balanza no se movió. Sonriendo el conde, le dijo que su precio era barato y que el trato estaba por su parte cerrado. A lo que el moro respondió tirando la imagen al suelo, para romperla sin éxito. Cuando llegó a Épila y lo regaló a la localidad, explicando su historia... el pueblo reaccionó llamando a la imagen el "Cautivico", pues estaba preso de un musulmán, esperando a que un cristiano aragonés lo liberara.
Sobre la misma imagen del "Cautivico", existe otra vertiente que cita, que los moros se llevaron la imagen y exigieron por su rescate su peso en plata. Pesó milagrosamente tan solo 30 reales, aunque en realidad pesaba arroba y media. Los secuestradores, enfurecidos ,le dieron a la imagen tres martillazos, cuyas señales aún pueden verse en su cabeza.
1 comentario:
Gracias por las fotografias, ....¡¡
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