En Cataluña, que está prohibida la tauromaquia, se admiten los afamados coorbou o el bou embolat. En Denia (Valencia) se celebra els bous a la mar, en la que alguna res ha muerto ahogada. Y esto por hablar de algunas zonas, pero, en otras, como Castilla y León, Navarra, País Vasco, Aragón...también se producen actos que se podrían considerar como maltrato animal. Y no voy a hablar de otros animales, como la pava o cabra que arrojaban del campanario de la iglesia -ahora tiran la pava desde un tejado al lado de la iglesia al cerrar el párroco las puertas de la iglesia y la cabra, ha sido sustituída por una de cartón-, arrancar cabezas de gansos, a rapa das bestas (equinos)...
Me pregunto: ¿son necesarias en unas fiestas la suelta de vaquillas por las calles y plazas en las fiestas locales? No sé cuanto costará este "festejo" a los ayuntamientos, pero creo que una importante cantidad de dinero entre lo que hay que pagar al ganadero, a la ambulancia, los permisos, al "torerillo"...¿No se podría emplear esa cantidad en otro tipo de actos culturales como conciertos, representaciones teatrales, proyecciones de cine, exposiciones, cuentacuentos, actividades deportivas, concursos de pintura...
Esta entrada es muy posible que me granjee críticas de muchos y muchas, pero visto el panorama, creo que debemos ir educando a los más jóvenes para que se vayan concienciando de que el maltrato no es una diversión.
J.I.D.
1 comentario:
El tema de nuestra relación con los animales es muy complejo: los utilizamos para experimentar nuevas medicinas para nosotros, como animales domésticos, como comida, como espectáculo.
Dado que al final siempre nos servimos de ellos deberíamos hacerlo con el máximo grado de humanidad, que es lo que nos diferencia de ellos.
En el tema de la tauromaquia sacamos lo peor de nuestra nuestra condición humana: nos recreamos en su sufrimiento, algo que los animales no hacen.
Tal vez debamos de aprender de los animales y no comportarnos peor que ellos.
Publicar un comentario