La Primera Guerra Carlista fue una guerra civil que se desarrolló en España entre 1833 y 1839 entre partidarios de Carlos Mª Isidro de Borbón, hermano del rey Fernando VII y los de Isabel II (hija de Fernando), en la que había recaído la sucesión al abolir el rey la Ley Sálica por la Pragmática sanción de 1830 y que según la cual, no podían reinar las mujeres. Los carlistas, también llamados apostólicos, no estaban de acuerdo con esta designación ni con la política moderada de los últimos años del rey felón, sino que abogaban por la sucesión de Carlos Isidro, el poder divino del rey, el ultracatolicismo, el foralismo y otros aspectos relacionados con la economía. Esta situación daría lugar al inicio de la 1ª Guerra carlista (hubo dos más) y generó un sentimiento anticentralista tan profundo que hoy en día perdura, evolucionado, a través de los actuales nacionalismos "periféricos".
La guerra se desarrolló en la parte norte de España, sobre todo, en el País vasco, Navarra, algunas zonas catalanas, valencianas y aragonesas. Los defensores del carlismo pertenecían, en general, al mundo rural de pequeños propietarios empobrecidos, artesanos arruinados, pequeña nobleza y clero.
La guerra tuvo varias fases, destacando en una de ellas la toma de Bilbao y la muerte de Zumalacárregui (en la imagen, a la derecha) y fue endureciéndose a partir de 1838 y los fusilamientos y saqueos estuvieron a la orden del día. En 1839, los carlistas, se dividieron entre los que abogaban por la terminación de la guerra, como Maroto, y los más exaltados del apostólico general Cabrera. Los primeros llegaron a un acuerdo con los isabelinos y firmaron el llamado Convenio de Vergara, también conocido como "Abrazo de Vergara", entre el realista general Espartero y el carlista general Maroto.
Este acuerdo no fue aceptado por el aspirante al trono Carlos Isidro, ni tampoco por su principal valedor el general Cabrera (en la imagen, a la derecha) que continuó guerreando hasta 1840, año que fue derrotado por el general Espartero (imagen, a la izquierda)
Uno de los episodios poco conocidos fue la incursión en 1838 del brigadier Llagostera (en la imagen de abajo) por la ribera del Jalón para conseguir avituallamiento y pertrechos.
Cuando llegaron a Urrea de Jalón (en la imagen), los carlistas pasaron a cuchillo a 28 facciosos realistas y persiguieron por la huerta a los que escaparon, consiguiendo detenerlos y asesinar a 32, con lo que 60 urreanos murieron el 6 de octubre del año mencionado. Posteriormente, después del saqueo, el pueblo fue incendiado.
2 comentarios:
Qué interesante este episodio de la guerra, no lo conocía. Gracias.
Hace años se decía que la mayoría de los campesinos de la ribera del Jalón llevaban boina, pero los de Urrea de Jalón no. Ello por rechazo a "la chapela" vasca.
Publicar un comentario