Petronila, aragonensis regina et barchinonensis comitissa
A pesar de ser una figura histórica de especial relevancia para Aragón , poco se sabe de la reina Petronila Ramírez. Tenía solo un año el 11 de noviembre de 1137 cuando su padre Ramiro II, la entregó al conde de Barcelona Ramón Berenguer IV (22 años mayor que ella), con la herencia familiar íntegra y heredada de sus antepasados; considerándose a Petronila como reina de los aragoneses pero sin poder ejercer la potestad real que sí transmitiría al heredero y que tampoco podía ejercer el conde; quien sí lo haría en el caso de la muerte de su esposa, aunque contrajera nuevas nupcias, y si no hubiese descendencia. Esta fecha da lugar al inicio de la Corona de Aragón.
Ramiro II entrega a su hija Petronila
En 1150, al cumplir los catorce, se celebró la boda. Criada en la corte condal lejos de sus padres (su madre Inés de Poitou volvió a Francia, su patria, y el padre Ramiro II "El Monje" ingresó en el monasterio oscense de San Pedro el Viejo), después de casada siguió viviendo en Barcelona. No sabemos con certeza siquiera cuántos hijos tuvo, pero uno de ellos fue el rey Alfonso II, al que su padre llamaba Ramón, pero el prefirió el nombre de Alfonso en honor a su tío "El Batallador". Los pocos documentos que sobre su figura se conservan, sin embargo, son fundamentales para nuestra historia, pues demuestran que la dignidad real fue siempre suya, que ejerció como reina (ayudada por un consejo de regencia) unos pocos años, entre 1157, en que murió su padre, y 1164, cuando abdicó en favor de su hijo. También fue condesa de Barcelona a la muerte de su marido, en 1162, pese a que no figura nunca en la lista de titulares de ese condado.
Documento de abdicación (18/06/1164)
Murió tal día como hoy de 1173 a los 37 años y en sus últimas voluntades dispuso ser enterrada en la catedral de Barcelona, como así se hizo. Los documentos que mencionan su tumba son ya del siglo XV y por ellos sabemos que estuvo junto a la portada principal de la primitiva catedral románica de la ciudad, dentro de un sarcófago antiguo de mármol. Cuando, con las obras de ampliación del edificio en época gótica, se derruyó esa portada, su cuerpo, que se halló entero, fue sacado de la urna de mármol, cubierto con un paño de seda e introducido en una caja de madera, y colocado "en la pared junto a la capilla del sacristán". Es decir, junto a la sacristía. En la actualidad, se desconoce dónde está depositada.
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