THÉRÉSE REVANT
9000 personas firmaron una petición para que el MET retirase esta obra. ¿Razón? Al parecer la consideraban inapropiada.
Es evidente que la protagonista del cuadro (su vecina de 11 años, Thérèse Blanchard, que fue modelo de buena parte de la obra de Balthus), está en una postura bastante sugerente, incómoda por así decirlo, levantando la pierna y enseñando su ropa interior. Pero la pregunta es si por ello hay retirar la obra de arte tan buena. Hasta este pelotón de linchamiento de 9.000 guardianes de nuestra moral tiene que reconocer la calidad objetiva de la obra.
Balthus, “el rey de los gatos” no veía nada sucio en sus cuadros. Para él las niñas que pintaba eran “seres puros, y su inocente impudor es propio de la infancia. Lo morboso se encuentra en otro lado”. En efecto, es el espectador, ese oscuro voyeur, el que mancha la inocencia de estas despreocupadas niñas.
Pero lo cierto es que abundan en su obra las niñas en extrañas poses, que nunca sonríen y aparecen acompañadas de gatos lamiendo leche. En la pintura de Balthus se respira un erotismo morboso bastante alejado de la inocencia.
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