Recuerdo, aunque vagamente, cuando grupos de la SF venían a Bardallur con sus camisas azules para hacer proselitismo del fascismo. Hacían reuniones con las jóvenes y mujeres del pueblo; enseñaban ciertas costumbres propias del sexo femenino, las adoctrinaban para cómo respetar al marido o novio, a bailar la jota, a cocinar y a cómo comportarse en la vida. Todo ello calaba profundamente en el pueblo y, lógicamente, en las mujeres que, con el brazo en alto, cantaban el "Cara al sol" y gritaban consignas fascistas.
Todo esto, unido a la visita de seminaristas del Mayor de Zaragoza que, alojados en casa de la Mariita, en plan campamento, colaboraban con el régimen con obras de teatro, partidos de futbol, rezos en la iglesia, reuniones... aportando su granito de arena a la formación del espíritu nacional.
Cuando yo era seminarista, los curas organizaban campamentos de verano en Burgos y Huesca -quizá en otros lugares, pero yo asistí al de Vilviestre del Pinar y al del valle de Pineta. En el segundo, antes de llegar al nuestro, había uno del Frente de Juventudes al que asistían jóvenes pertenecientes a Falange Española Tradicionalista de las JONS, el único partido permitido que Franco había creado apropiándose de la Falange de José Antonio Primo de Rivera. A veces, nos cruzábamos con ellos, pero no había buena sintonía. Tampoco la había entre los monitores, no sé cuál era la razón. Sé que se reían de nosotros pues no íbamos uniformados como ellos y se notaba cierta animadversión y espíritu de clase, como si fueran unos privilegiados, que, en el fondo, sí lo eran.
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