En 1611, Felipe III (II de Aragón) concedió, como desagravio por las represalias cometidas por su padre Felipe II contra los dominios y posesiones -Bardallur entre ellos- Justicia Juan de Lanuza, el título de conde a Pedro de Lanuza y Jiménez de Urrea, además de ser reconocido Vizconde de Rueda, y Vizconde de Perellós. Plasencia ya había sido señorío de los Lanuza, Justicias de Aragón en el siglo XVI hasta la decapitación de Juan de Lanuza, "el Mozo, en 1591.
Una vez nombrados, los condes ordenaron construir en el primer cuarto del S.XVII su iglesia y el palacio condal que comunicaba con el templo mediante un paso elevado -ya desaparecido-. El escudo de la casona estaba hasta hace poco bocabajo por orden real, como recordatorio permanente para sus moradores.
A Pedro de Lanuza y Jiménez de Urrea le sucedió Ferrer de Lanuza y Silva, II Conde de Plasencia, y con él, se extinguió la línea sucesoria principal. Al no haber descendencia directa, fue su sobrino José de Lanuza y de Rocaberti el III conde de Plasencia. El condado recayó después en su hijo Juan de Lanuza y de Oristina Marcia de Arróspide y Núñez
(las fotos son de J.M.T.P)



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