POEMA DE ALBERTI


 "Tú todavía, general botijo,

caudillo cantimplora sin pitorro,

liliputiense, hijo
de zorra cabezorra y cabezorro.
Di, Francisco, ¿hasta cuándo,
con tus bordados camisones nuevos,
de cara al sol y caraculeando,
nos tocarás la yema de los huevos?
Contempla, rebozado cochifrito,
la desgraciada Italia de Benito,
la Alemania de Adolfo destrozada.
Pero siendo tan chico de estatura
para contemplar nada,
sube a admirarlas, paticuesco enano,
desde la interminable sepultura
de tanta España muerta por tu mano.
¿Qué ves? Verde te veo,
no de aquel bello azul, azul de Prusia,
que la Falange (luego Falangeta
cuando se le encogió y heló el respiro
traseramente en Rusia)
viera desvanecerse en la puñeta.
¿Duermes tranquilo, Franco?
Cómo son al sentarte tus mañanas,
si atacado de espaldas y de flanco
por tus erectas guardas africanas
velas sin vela, ¡oh Canco, Canco, Canco!
Arriba ya, paneque! baila, andorga;
peonza que al final democratizas;
baila, culo hecho trizas,
baila, Generalismo pandorga,
sieso manido, sieso
patibulario, tieso y patitieso!
Muerto estás ya, Paquita la Católica,
Isabel del Ferrol y de Castilla.
Tu España carajólica
te despide: ¡Presente!,
mientras en los luceros, amarilla,
sube tu gloria de mojón caliente".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"prosperidad y orden publico" en la epoca del general franco

Anónimo dijo...

Un gran "valiente" el Rafaelito, y muy querido también entre los suyos, como dijo Miguel Hernández: Hernández exasperado, ante el lujo desenfrenado del evento, afirmó públicamente que allí había mucha puta y mucho hijo de puta, pues él sí conocía de primera mano la dura vida de las trincheras. Alberti trató de obligarle a que rectificara, pero Hernández escribió sus palabras en una gran pizarra en lugar de retractarse.