"El Batallador"

(Diseño: Miguel Ángel Navarro -arquitecto-; modelado: José Bueno; material: mármol de Carrara; altura: 6,5 m.; año 1918 -8º aniversario de la conquista de Zaragoza-)

Quizá hayáis visto la gran estatua de un rey que hay en el Cabezo de Buenavista del Parque Grande (ahora J.A. Labordeta). Se trata del monumento a Alfonso I “El Batallador” , conquistador de la Zaragoza almorávide en 1118. Este monarca duplicó el territorio del Reino aragonés y llegó a ser “emperador” de España al casarse con Urraca de Castilla.

Cuando tenía 50 años emprendió una expedición para dirigirse en socorro de los mozárabes andaluces. Según los historiadores árabes, Alfonso salió de Zaragoza y llegó a Valencia, cuyos campos saqueó y taló, reuniéndosele ya allí muchos mozárabes; de Valencia fue por Alcira a Denia; de aquí a Játiva, Murcia, Vera, Almanzora y Baza: más de un mes permaneció acampado delante de Guadix, adonde acudieron muchos mozárabes y desde donde amenazó Granada, con un ejército que los historiadores árabes hacen subir a 50.000 hombres. Sin embargo, no pudo tomar la ciudad al no abrirle las puertas los mozárabes que estaban dentro.

No siendo su propósito conquistar tierras tan apartadas, sino recoger hombres y botín, cruzó las Alpujarras y llegó a Vélez-Málaga, donde dicen que pescó dentro del mar los peces de su comida. A su regreso por el mismo camino saliéronle al encuentro fuerzas combinadas de musulmanes de Sevilla, Córdoba y Granada y en un lugar llamado Arinzol (Anzul-actual Puente Genil-) se dió una fuerte batalla en la que el aragonés quedó vencedor. Acompañado de multitud de mozárabes y después de haber atravesado toda España musulmana, llegó a Aragón a través de Cuenca y Albarracín. Valor no le faltaba al oscense (Hecho).