Un ateo en Silos: Hacia no sabes dónde
El periodista y poeta Antonio Lucas inicia un viaje interior de cuatro jornadas hacia el templo del silencio buscando lo que no sabe, una interrogación ancestral tan profunda como sencilla
Si la vida fuera como debiera ser, entrar a hospedarse unos días en el Monasterio de Silos no tendría esta condición de aventura extravagante. El silencio que se anticipa ya a lo lejos no provocaría la suave inquietud que agita al polizón. La soledad no respiraría como una orfandad imprevista. Lo que antes de ingresar era exacto se disloca ante la posibilidad de no encontrar su sitio. Llegar a Silos tiene algo de expedición de vértigos, de viaje que puede concentrar algo de todos los viajes que uno ha hecho o hará a lo largo de su vida.
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