En climas muy fríos es necesario consumir mucha energía para
mantener la temperatura corporal estable, energía que se pierde por la piel,
por lo que es necesario comprender cómo funciona la relación entre la
superficie corporal y el volumen.
Una posible explicación:
Imaginemos un cubo de 1 metro de arista. ¿Cuál es su
volumen?: 1 metro cúbico. ¿Y cuál es su superficie?: 6 metros cuadrados.
Digamos que la relación superficie/volumen es de 6 a 1.
Ahora unamos 2 cubos de 1 metro cúbico por una de sus caras.
¿Cuál es ahora la relación superficie/volumen?
Veamos:
Hemos duplicado el volumen (2 metros cúbicos frente a 1).
¿Acaso hemos duplicado la superficie? NO. La nueva relación es de 10 a 2, es
decir, de 5 a 1 y no de 6 a 1. A MAYOR VOLUMEN, MENOS SUPERFICIE CORPORAL Y
VICEVERSA, luego un zorro ártico, con menos volumen que un oso polar, tiene, en
proporción, mayor superficie corporal, por eso pierde más energía que el oso y
necesita alimentarse más para mantener la temperatura del cuerpo estable. En
animales demasiados pequeños la desproporción superficie/volumen sería tan
desfavorable que su supervivencia no parece viable.
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