BLOG DIVULGATIVO

jueves, 31 de enero de 2019

EL LATIRISMO


Ayer, escuchando la radio mientra hacía la comida, en Radio Cádiz, de la Cadena Ser, hay una parte del programa matutino todos los martes en el que el gaditano, escritor e investigador Julio Malo de Molina habla de las viejas costumbres de Cádiz en todos sus aspectos. Es un programa muy entretenido y, a veces, coincide con algunas cosas que también se hacían en Bardallur en los años de la postguerra. Pero el tema de ayer me llamó la atención. Habló sobre el "latirismo". Era la primera vez que oía esa palabra, aunque, al parecer, uno de los grabados de Goya de la serie "Los desastres de la guerra", el de Fuendetodos dibuja una escena que titula "Gracias a la almorta".

 En muchas partes de España, tras la Guerra Civil y principios de la Segunda Guerra Mundial, si la conocían y, por supuesto, la temían. El porqué de este pavor no era otro que oír esa palabra era signo de una enfermedad grave. Debido a la hambruna que había provocado la guerra y el boicot realizado por las grandes potencias a la importación de alimentos al régimen franquista, la gente tuvo que ingeniárselas para poder subsistir y echaron mano de todo aquello que era susceptible de comerse. Uno de estos productos era la almorta, una leguminosa de forma cuadrangular parecida al altramuz. Con la harina se hacían una especie de gachas que eran el sustento de muchas familias necesitadas.

 El abuso de este alimento provocaba una enfermedad, que se caracterizaba por afectar a la médula espinal  e impedir el uso de las articulaciones, empezando por los pies, para continuar con las piernas y  un tembleque parecido al del baile de San Vito. La enfermedad se conocía desde la antigüedad y en el siglo XIX ya había sido estudiada por médicos ingleses en la India, en la que se calcula que la padecía un 4% de la población.

En España, dos doctores se desplazaron a la zona de un enfermo en Cataluña y haciendo un estudio vieron que había muchos de ellos con los síntomas. Les hicieron escribir o redactar lo que comían a diario y, en todos los casos, la almorta era la base de la alimentación. La enfermedad se fue extendiendo por toda España, pues la hambruna afectaba a todo el país, Cádiz incluido.


Pese al peligro de su ingesta, todavía se comercializan o se usan clandestinamente en zonas de La Mancha para hacer las gachas e, incluso, algunos chefs de renombre las utilizan.

1 comentario:

😉 dijo...

Doy fe de ello, aquí en Yepes en cuanto q el frío aprieta con el cielo nublado o hace su aparición la nieve, la frase principal es "hoy día de puches" . Por cierto, estas puches son lo mismo q nuestras farinetas? Yo creo q sí aunque no sé con qué harina se hacen estas últimas.
CMarin