En primer lugar una aclaración: Mientras los historiadores españoles han recurrido al término de invasión para expresar
lo que ocurrió a principio del siglo VIII, lo que lleva implícita la ilegalidad
de la ocupación musulmana y por tanto la licitud de la reconquista cristiana, los historiadores árabes han utilizado el término fath (conquista), lo
que deja entrever que la ocupación de la España visigoda (o sea, la España
Peninsular y la provincia Narbonense en la actual Francia) fue fruto de una
acción armada que legitimaba al nuevo poder musulmán. También hay que considerar que no hay fuentes árabes de los primeros años del S.VIII y, lo que se conoce es debido a la tradición oral, pues los escritos aparecieron muchos años más tarde de la conquista.
La expansión del Islam había llegado al norte de África y, rápidamente, empezó a ganar adeptos.
Musa, un caudillo militar yemení, había preparado un gran ejército de bereberes que había tomado como rehenes y con ellos mandó al gobernador de Tanger Tariq que presionase Ceuta (Sempte), controlada por un tal Julián (Olbián), al servicio del rey visigodo Witiza -aunque hay algunos autores que lo identifican como un gobernador bizantino de nombre Iulianus-. Al principio, los ceutíes opusieron resistencia, pero viendo el potencial musulmán, Julián claudicó y llegó a un pacto ventajoso con ellos.
Las intenciones de los mahometanos era la de conquistar la península ibérica conociendo las divisiones que había entre los visigodos tras morir Witiza y, para ver cómo estaba la situación, según algunos, obligaron a Julián a que hiciese una incursión a las costas del sur de España. Con dos barcos y un contingente de hombres, Julián hizo una razzia y tras matar a varios habitantes de la zona volvió a Ceuta con un gran botín y transmitió a los jefes musulmanes que la oposición era prácticamente nula.
Vista aérea de Tarifa
Tras esta primera inspección, en julio del 710, tropas bereberes al mando de Tarif, en cuatro barcos y unos 400 hombres y 100 jinetes -los historiadores no se ponen de acuerdo en el nº- desembarcaron en un lugar donde estaban los astilleros españoles al que llamaron Andalos (luego Tarifa en honor al jefe). Deallí se dirigieron a Algeciras, la saquearon y volvieron a Ceuta con gran botín -esta versión, al igual que la de Julián, es dudosa y polémica-.
Pero el verdadero desembarco fue el realizado por otro bereber persa, Tariq -no confundir con el anterior-.
Tropas de Tariq en Gibraltar
En los mismos 4 barcos que había prestado Julián, los musulmanes atravesaron el estrecho de Gibraltar realizando numerosos viajes hasta transportar unos 12.000 guerreros, acantonándolos en el Peñón en fecha que puede establecerse en abril-mayo del 711. La noticia llegó a oídos del rey Rodrigo, sucesor de Witiza y dejó su empresa bélica en el norte de España para dirigirse al encuentro de los musulmanes de Tariq. Mientras, estos permanecieron en la zona esperando la llegada de los visigodos. No se explica el porqué de su permanencia tanto tiempo en la zona de la bahía de Algeciras, a la que conquistó y más tarde daría origen a la cora del mismo nombre.
Rodrigo y sus tropas llegaron en julio y se enfrentaron a los ejércitos árabes reforzados con 5000 hombres más llegados de Ifriqiya (actual Túnez). Pero esto es otra historia que continuará en breve.
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