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jueves, 26 de septiembre de 2019

ALMONACID DE LA SIERRA (3)

HISTORIA.-

EDAD MODERNA.-

Cerámica aragonesa

La población de Almonacid, que en 1495 pasó a formar parte de la sobrecullida de Alcañiz, según el fogaje de ese mismo año  era  de unas 400 personas (88 fuegos), todos ellos mudéjares. Habían convivido con la población judía hasta su expulsión en 1492 y ocupado las casas de estos al quedar vacías. Se dedicaban a la agricultura, la alfarería, artesanía y otros oficios relacionados con aspectos domésticos.  Practicaban su religión  y les estaba permitido mantener sus costumbres y tradiciones y,  a cambio, debían pagar un impuesto al conde de Aranda, señor de la localidad. No todos los mudéjares eran procedentes de la península arábiga o el norte de África, ya que estos constituían una minoría, sino que eran hispanovisigodos convertidos al Islam a partir de principios del siglo VIII. En 1502, los mudéjares de Teruel y Albarracín fueron los primeros en convertirse, mientras que el resto, lo hizo en 1526 y pasaron a llamarse moriscos o cristianos nuevos. Según Cervantes, en Argel llamaban a los moriscos aragoneses tagarinos (fronterizos) y el apelativo designaba a aquellos que era difícil distinguir de los cristianos viejos, pues vestían igual y hablaban en castellano normalmente, aunque conocían la lengua árabe. Estaban, pues, muy integrados y cristianizados.
Códice aljamiado de Almonacid (S. XVI)

En Almonacid, como en otras localidades, con objeto de no perder del todo las costumbres, los moriscos solían escribir en aljamiado (escritura con caracteres árabes de una lengua distinta). En concreto, a finales del siglo XIX, se encontraron en una casa debajo de un entarimado, numerosos documentos, perfectamente guardados. Muchos de estos códices fueron quemados jugando a hacer hogueras  por los niños de Almonacid, otros pasaron a manos de particulares y el resto, se depositó en la denominada Junta, para pasar después a la Escuela de Estudios Árabes de Madrid y luego al CSIC.

Tras la orden de desarme de los moriscos aragoneses en 1575 -luego hubo otro en 1598-, el descontento entre la población morisca creció y las reuniones para conspirar contra el rey se sucedían, como la que se llevó a cabo entre Alfamén y Almonacid para estudiar una propuesta de invasión del sr. de Bearn. Los autos de fe -con sus correspondientes torturas y castigos varios- contra los moriscos se empezaron a llevar a cabo con cierta frecuencia, pues muchos pueblos, incluido Almonacid, fueron  calificados como lugares de reunión, de complots, de guarda de armas, de lecturas de las misivas de Argel, o de avisos sobre las 250 galeras que tiene Constantinopla para invadir España. La represión contra los moriscos  y los que les protegían se acrecentó hasta su expulsión en 1610. 

Alteraciones de Zaragoza

Recordar, también, que el conde de Aranda Luis Ximénez de Urrea, señor de Almonacid, participó activamente en los sucesos o alteraciones de Zaragoza de 1591 en los que le costó la vida a su pariente Juan de Lanuza, Justicia de Aragón, y que él mismo la perdería un año más tarde en extrañas circunstancias, tras ser hecho prisionero y trasladado a Castilla, concretamente en Coca. A él se le atribuye la conocida frase: “Los problemas de Aragón se solucionan en Aragón”.

Juan de Ribera, luego santo, consuela a los moriscos que van a ser expulsados en un cuadro de Domingo Marqués del S.XIX. La pintura falsea la realidad, pues el fraile era enemigo a ultranza de los seguidores de Mahoma.

Cuando llegó 1610, año de la expulsión,  y siendo señor de Almonacid el conde de Aranda Antonio Ximénez de Urrea, había en la localidad 324 casas, 319 de ellas moriscas, lo que supondría una población de 1620 personas, por lo que solo quedarían viviendo unos veintidós o veintitrés cristianos. La carta de población se otorgó por parte del conde de Aranda en 1628.

En el próximo capítulo trataré con más énfasis Almonacid y Pedro Pablo Abarca de Bolea, X conde de Aranda.



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