El lunes empieza el curso por estos lares del sur para los estudiantes de E.S.O, Bachillerato y F.P. No se presenta un curso fácil. Además de los problemas que son inherentes a la organización de un centro (reparto del alumnado por clases, asignación de las tutorías, jefaturas de departamentos, coordinaciones de área, asignaturas asignadas al profesorado que nada tienen que ver con su especialidad, horarios que provocan roces entre compañeros y la dirección, guardias, reparto de libros...), llega el alumnado nuevo a 1º de E.S.O. procedente de Primaria, otro mundo en el amplio espectro de la educación, en el que hay chavales que parecen unos niños, frente a otros que han repetido en Primaria y Secundaria y que les quitan una cabeza, unos cuantos kilos de peso y una envergadura inusual, lo que es aprovechado por alguno de ellos para abusar de los más débiles físicamente o aplicando técnicas que los ridiculicen por su aspecto para mofa y escarnio del resto. Estos líderes negativos son los que hay que parar desde el primer día, pues si los dejas a su antojo, la vejación puede llegar a mayores extremos.
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