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Hubo otro cura Merino en la historia de España, Martín Merino y Gómez. Este religioso nació en Arnedo en 1752 en una familia de campesinos del Valle del Cidacos. También participó en la Guerra de Independencia y al igual que Jerónimo fue ordenado sacerdote. Con la vuelta de Fernando VII y la restauración del absolutismo se tuvo que exiliar a Francia por sus ideas liberales. Regresó con el Trienio Liberal, pero tuvo que volver a marchar al país vecino por increpar al monarca. Allí tuvo unos años tranquilos entregado a su labor religiosa. Al regresar a España, volvieron los problemas: se vio envuelto en una oscura trama de préstamos. Pero las cosas empeoraron cuando en 1852 preparó un regicidio, un atentado contra la reina Isabel II. Armado con un cuchillo, el otro Cura Merino asestó una puñalada a la hija de Fernando VII; el corsé salvó la vida a la monarca. Martín Merino fue apresado, juzgado y ejecutado con garrote vil en la explanada del Campo de Guardias, situada a las afueras de Madrid.
(zendalibros.com)
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